Asiduo del teatro, la tarde del 18 de marzo tuve ocasión de disfrutar de un espectáculo oportuno e inteligente en el Teatro Barakaldo. Me sorprendió la audacia de traer textos libertinos franceses del XVII y me sorprendió la actuación de las dos actrices, superando clichés televisivos, en una interpretación magnífica. Enhorabuena a todos, especialmente a María Adánez y Cristina Marcos, sobre las que recae, principalmente, la responsabilidad de hacer creíble este magnífico montaje.
Como es habitual, he dejado mi particular crítica en el cuaderno Lucernarios: http://juliogalonso.wordpress.com/
donde, si gustais y tenéis tiempo, podéis acabar de leer el comentario sobre La escuela de la desobediencia.
Asiduo del teatro, la tarde del 18 de marzo tuve ocasión de disfrutar de un espectáculo oportuno e inteligente en el Teatro Barakaldo. Me sorprendió la audacia de traer textos libertinos franceses del XVII y me sorprendió la actuación de las dos actrices, superando clichés televisivos, en una interpretación magnífica. Enhorabuena a todos, especialmente a María Adánez y Cristina Marcos, sobre las que recae, principalmente, la responsabilidad de hacer creíble este magnífico montaje.
ResponderEliminarComo es habitual, he dejado mi particular crítica en el cuaderno Lucernarios: http://juliogalonso.wordpress.com/
donde, si gustais y tenéis tiempo, podéis acabar de leer el comentario sobre La escuela de la desobediencia.
Salud.